El reforzamiento positivo es el aumento en la frecuencia de una conducta cuando se presenta un evento favorable inmediatamente después de esa conducta. Este evento favorable se conoce como reforzador positivo.
En otras palabras, la conducta se fortalece cuando es seguida por un reforzador positivo. El término "positivo" significa que el reforzador se presenta o se adiciona inmediatamente después de la conducta.
Los reforzadores positivos suelen ser cosas agradables para el individuo, o cosas por las que el individuo está dispuesto a hacer algún trabajo. Por eso es común que se los confunda con recompensas, pero no son lo mismo.
Un reforzador positivo siempre aumenta la frecuencia de una conducta. En cambio, una recompensa no lo hace.
Imagina que te desafían a comer un plato de cucarachas vivas, a cambio de 1000 dólares. Si te comes las cucarachas te habrás ganado el dinero, pero es poco probable que aumente la frecuencia con que comes cucarachas vivas (que espero sea cero). En este caso, habrás sido recompensado con dinero por comer cucarachas, pero esa conducta no habrá sido reforzada.
Por otra parte, un reforzador positivo no siempre es una recompensa. Todo colegio tiene un profesor odiado por los alumnos. Cuando un alumno se porta mal y ese profesor lo reprende, la reprimenda suele reforzar la mala conducta porque viene del "profesor odiado". En ese caso la consecuencia de la conducta no es una recompensa, pero sí un reforzador positivo.
Puedes ver un ejemplo típico de reforzamiento positivo en la vida cotidiana si observas el comportamiento de un niño pequeño. La mayoría de los niños pequeños, sino todos, lloran para conseguir lo que quieren. ¿Quieren un chocolate? Lloran. ¿Quieren el juguete que tiene su hermana? Lloran. ¿Quieren quedarse viendo tele en vez de ir a dormir? Lloran... ¡Que niños más llorones!
Lo que ocurre es que los llantos incomodan tanto a sus padres que éstos terminan cediendo en la mayoría de las situaciones. Entonces, la conducta de llorar se refuerza positivamente en los niños porque les permite conseguir lo que quieren.
El reforzamiento positivo en el adiestramiento canino
En otras palabras, la conducta se fortalece cuando es seguida por un reforzador positivo. El término "positivo" significa que el reforzador se presenta o se adiciona inmediatamente después de la conducta.
Los reforzadores positivos suelen ser cosas agradables para el individuo, o cosas por las que el individuo está dispuesto a hacer algún trabajo. Por eso es común que se los confunda con recompensas, pero no son lo mismo.
Un reforzador positivo siempre aumenta la frecuencia de una conducta. En cambio, una recompensa no lo hace.
Imagina que te desafían a comer un plato de cucarachas vivas, a cambio de 1000 dólares. Si te comes las cucarachas te habrás ganado el dinero, pero es poco probable que aumente la frecuencia con que comes cucarachas vivas (que espero sea cero). En este caso, habrás sido recompensado con dinero por comer cucarachas, pero esa conducta no habrá sido reforzada.
Por otra parte, un reforzador positivo no siempre es una recompensa. Todo colegio tiene un profesor odiado por los alumnos. Cuando un alumno se porta mal y ese profesor lo reprende, la reprimenda suele reforzar la mala conducta porque viene del "profesor odiado". En ese caso la consecuencia de la conducta no es una recompensa, pero sí un reforzador positivo.
Puedes ver un ejemplo típico de reforzamiento positivo en la vida cotidiana si observas el comportamiento de un niño pequeño. La mayoría de los niños pequeños, sino todos, lloran para conseguir lo que quieren. ¿Quieren un chocolate? Lloran. ¿Quieren el juguete que tiene su hermana? Lloran. ¿Quieren quedarse viendo tele en vez de ir a dormir? Lloran... ¡Que niños más llorones!
Lo que ocurre es que los llantos incomodan tanto a sus padres que éstos terminan cediendo en la mayoría de las situaciones. Entonces, la conducta de llorar se refuerza positivamente en los niños porque les permite conseguir lo que quieren.
El reforzamiento positivo en el adiestramiento canino
Los reforzadores positivos más comunes en el adiestramiento de perros son la comida y los juegos. Sin embargo, también existen otros reforzadores que puedes usar.
Todos los perros son diferentes entre sí, y cada uno tiene preferencias particulares. Por eso, no es posible afirmar que todos los perros tienen que ser entrenados con tal o cual tipo de comida, o que los juegos de tira y afloja sirven como reforzadores en todos los casos.
En la sección sobre la sesión de adiestramiento canino encontrarás un ejercicio para identificar reforzadores positivos para entrenar a tu perro en diferentes circunstancias.
A continuación tienes dos ejemplos sobre el uso correcto e incorrecto del reforzamiento positivo en el adiestramiento canino.
Ejemplo 1: Uso correcto del reforzamiento positivo
Uno de los ejercicios de obediencia canina consiste en que el perro se siente a la orden y mantenga esa posición hasta que el adiestrador le indique que puede levantarse.
Para hacer esto, primero se le enseña al perro a sentarse a la orden y, luego, se le enseña a permanecer sentado por períodos cortos. Gradualmente se aumenta el tiempo, hasta que el perro puede quedarse sentado por unos minutos.
Un procedimiento para enseñarle al perro a mantener la posición consiste en darle pedacitos de comida mientras está sentado. Entonces, "quedarse sentado" es la conducta que se refuerza y el perro aprende a mantener esa posición cada vez por más tiempo.
El secreto del éxito en este procedimiento radica en dar la comida mientras el perro está sentado. Si llega a levantarse antes de tomar la comida, se estará reforzando la conducta de levantarse.
Ejemplo 2: Uso incorrecto del reforzamiento positivo
Otro de los ejercicios de la obediencia canina es el "Junto", también llamado "Fuss". Consiste en que el perro camine a la izquierda de su guía, con el hombro a la altura de la pierna izquierda del guía. Además, en la versión estilizada que se usa en algunos deportes caninos, el perro debe ir mirando a los ojos del guía.
Muchos entrenadores usan un juguete alargado, conocido como "chorizo", para entrenar este ejercicio. Cuando el perro camina correctamente, hacen aparecer repentinamente el juguete e inician un juego de tira y afloja con el perro.
El juego de tira y afloja actúa como reforzador, pero el reforzamiento positivo no es contingente porque cuando el entrenador hace aparecer el juguete, el perro deja de mirarlo a los ojos y puede adelantarse. Entonces, la conducta inmediatamente anterior a la presentación del reforzador positivo no es la que se desea y el perro aprende un "Junto" impreciso.
Lo mejor para evitar este problema es usar un reforzador condicionado, que es un tipo de reforzador que sirve de "puente" entre la conducta que se desea reforzar y el momento en que se presenta el reforzador primario.
Fuente: www.de perros.org
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